No es sencillo estar en calma, eso sólo dura un momento. La mente es la superficie líquida que refleja el asedio estresante del ego y el orgullo proyectándolo por todo nuestro interior, proyectándolo hacia fuera. Mucho ego daña, poco ego aplasta. Los dos extremos son el resultado del miedo.
Hoy me siento lúcido y puedo decirme a mí mismo que siempre he estado equivocado. Ahora veo que la valentía de un ser humano está en reconocer sus limitaciones y miedos, sus carencias e inseguridades... sin añadir más mente, sin añadir más tensión, tan sólo observando como un tigre agazapado.
Reconocerse es volver a conocerse, viendose así mismo con ojos renovados, con los ojos del espíritu.
Ya lo dijo el Maestro Jesús: "La Verdad os hará Libres".
Hoy me siento lúcido y quiero ser libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario